En caso de incendio, uno de los mayores retos no son únicamente las llamas, sino el humo que se acumula en los espacios cerrados. La inhalación de gases tóxicos y la falta de visibilidad pueden poner en peligro tanto a las personas que intentan evacuar como a los equipos de emergencia que deben acceder al lugar. Para hacer frente a esta amenaza, resulta imprescindible contar con sistemas especializados que permitan una evacuación rápida y controlada del humo.
El sistema de evacuación de humos y calor mecánico (EMH) está diseñado precisamente con este objetivo. Gracias a un conjunto de ventiladores motorizados y conductos estratégicamente instalados, el humo generado durante un incendio se extrae de forma eficaz hacia el exterior. Al mismo tiempo, se introduce aire fresco en el interior del edificio, generando un flujo constante que mantiene en la parte baja de las estancias una zona con baja concentración de humo.
Este fenómeno crea una capa de aire respirable y con mayor visibilidad, lo que supone una diferencia vital en una situación de emergencia. Por un lado, las personas disponen de un entorno más seguro que les facilita la evacuación; por otro, los equipos de intervención pueden acceder con mejores condiciones para combatir el fuego y rescatar a quienes lo necesiten.
Además de aumentar la seguridad de los ocupantes, este tipo de ventilación controlada contribuye a proteger las instalaciones y reducir los daños materiales, ya que limita la acumulación de calor y facilita el trabajo de extinción. En viviendas, sótanos, aparcamientos subterráneos o cualquier espacio cerrado, la ventilación forzada se convierte en una herramienta indispensable para garantizar la protección de vidas y bienes.

Barreras de humos para sistemas de control de humos y temperatura
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